Durante del solsticio de verano este pueblo siberiano da la bienvenida a un nuevo ciclo
Miles de personas se reunieron para dar la bienvenida al Año Nuevo en la ciudad siberiana de Yakutsk, en el día más largo del año, cuando se cree que el Sol 'está más cerca' de ellos.
Habituados a casi 10 meses de invierno y a vivir a 50 grados bajo cero, a pocos kilómetros del círculo polar ártico, no es de extrañar que los yakutos consideren al Sol como uno de sus dioses y que incluso le dediquen su fiesta nacional. El astro es el protagonista de esta fiesta, donde se baila y se levanta los brazos para captar su energía y comenzar con 'el pie correcto' el nuevo año.
Habituados a casi 10 meses de invierno y a vivir a 50 grados bajo cero, a pocos kilómetros del círculo polar ártico, no es de extrañar que los yakutos consideren al Sol como uno de sus dioses y que incluso le dediquen su fiesta nacional. El astro es el protagonista de esta fiesta, donde se baila y se levanta los brazos para captar su energía y comenzar con 'el pie correcto' el nuevo año.
Durante todo el día es habitual que usen sus vestidos tradicionales y levanten constantemente los brazos. La energía que hoy reciban les ayudará a superar la larga temporada de frío extremo, afirman. Pero cargarse de buenas vibraciones no es suficiente. También suelen apoyar las manos en el tótem de un caballo pidiendo favores a los dioses y la expiación de sus pecados.
El caballo es para esta comunidad un animal sagrado. La leche de yegua y el pelo de este animal son dos de las ofrendas principales para los dioses durante las celebraciones del Año Nuevo. El pelo lo mojan en aceite para que prenda mejor en la hoguera.
El caballo es para esta comunidad un animal sagrado. La leche de yegua y el pelo de este animal son dos de las ofrendas principales para los dioses durante las celebraciones del Año Nuevo. El pelo lo mojan en aceite para que prenda mejor en la hoguera.
Los yakutos se caracterizan por su alegría y una de las maneras que tienen de dar las gracias al sol es a través de su baile tradicional: el "osuojai". En círculos, giran de este a oeste en el mismo sentido que su astro dios. Este año se propusieron un nuevo reto: con más de 15.000 personas agarradas de la mano bailarán el "osuojai" más multitudinario de la historia y entrarán así en el libro de los Récord Guinness.
Al invocar al Sol, los nubarrones que en algún momento amenazaron con poner fin a la fiesta desaparecieron. Cuestión de fe o de azar, pero los yakutos consiguieron recargar nuevamente su cuerpo y alma con la ayuda de sus chamanes y de sus ancestrales rituales.
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