En muchas partes de Europa dieron la bienvenida al Año Nuevo tirándose al agua. En Roma varias personas se reunieron para ver espectaculares saltos a un río desde un puente de 16 metros de altura. Mientras, en los Países Bajos miles de personas pasaron las primeras horas del 2013 bañándose en el Mar del Norte.
Hay quienes no dudan de cuál es la mejor solución para la característica resaca posterior a la nochevieja. Un buen baño el uno de enero en el mar del Norte
Miles de holandeses han sido fieles a la tradición y no han dudado en darse un chapuzón en Scheveningen, la mayor playa de La Haya.
Y hay que ser muy osado para ponerse el bañador con el agua a tan solo ocho grados centígrados.
Los alemanes del llamado Club de las Focas de Berlín han ido más allá. Se han zambullido con el agua a poco más de tres grados centígrados.
Se trata de una asociación que nació en 1979 en la extinta Alemania del Este. Todos los domingos del invierno se bañan y a veces incluso tienen que partir el hielo antes.
Y en Italia, el riesgo más que en la temperatura está en la altura. Los participantes en lo que, tras veinte años, se ha convertido en una atracción turística, tienen 17 metros antes de tocar el agua.
Se lanzan desde el puente Cavour de la capital italiana y caen al río Tíber. El saltador más famoso, apodado Mr. OK, ha lanzado un mensaje a los líderes mundiales para que apoyen a las personas necesitadas.
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