Una de las ciudades más mágicas que existen es París, si a esto le sumamos poder visitarlo en Navidad, el resultado es fascinante. La famosa 'Ciudad de las luces' hace honor, más que nunca, a su apodo en esta época del año.
Las calles, así como los monumentos históricos y más representativos se iluminan con brillantes y elegantes centelleos. La visión más buscada por todos los turistas es la Torre Eiffel alumbrando y descubriendo la ciudad bajo sus cuatro pilares.
La catedral de Notre Dame y los Campos Elíseos se encienden al completo, mientras en sus aceras cientos de puestos desprender olor a castañas asadas y chocolate caliente. Además, la noche del 23 de diciembre, París dispara sus fuegos artificiales que se pueden ver desde cualquier punto de la capital.
Otro elemento característico de esta época, es la enorme cantidad de norias y carruseles que se despliegan por la urbe, todas ellas adornadas con infinidad de bombillas. En el sur, cerca de Notre Dame, se sitúa el gigantesco árbol de Navidad y cerca de los Campos Elíseos el mercado de la Navidad, donde se pueden comprar desde objetos de decoración hasta regalos.
Y dónde mejor que París para realizar las compras navideñas. Los almacenes 'Lafayette', de prestigio mundial hacen su agosto, exponiendo todo tipo de artículos imprescindible para esta fecha tan señalada. Además, los centros comerciales llenas sus escaparates con representaciones que son ya todo un espectáculo visual.
Si se viaja con niños, quizá desee acercarse un par de días a 'DisneyLand', a una hora de distancia y bien comunicado por su red de trenes. Su castillo es una estampa única, cubierto por sus focos, donde podemos ver el desfile y la cabalgata de personajes tan conocidos como 'Mickey Mouse', el 'Pato Donald', 'Pluto' y'Goofy'.
Las cenas de Navidad suelen ser terminadas con su famoso postre 'Bûche de Nöel' o tronco de Papa Noel, muy similar al tronco de chocolate, bombones, mousse de chocolate y champán.
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